viernes, 27 de marzo de 2009
el pecado nos separa de Dios
dice en el libro de San Juan por cuanto todos los recibieron les dio potestad de ser llamados hijos del Dios Altisimo. ¿porque ? cuando tu confiesas tus pecados a Dios el los Borra de tu mente y corazon y te hace vivir uan vida nueva sin ataduras de pecado los cuales te alejan de Dios, pero si tu te presentas a El sin pecado tendras comunion con El porque El dice en el libro de Jeremias 33.3 clama a mi y Yo te respondere y te mostrare cosas grandes y ocultas que tu no conoces. Y esta comunion la puedes encontrar atravez de la Oracion que es el unico camino de llegar a Dios.
jueves, 26 de marzo de 2009
Fin de los tiempos
Tres tragedias sacuden al mundo en estos momentos. En occidente, el terremoto del Perú que causó destrucción y muerte, dejando miles de damnificados, y el huracán Dean que avanzó por el Caribe hasta alcanzar categoría 5 y que luego de perder fuerza en la península de Yucatán se enrumba por el golfo de México, y en oriente el tifón que azotó China, dejando a su paso también dolor y ruina.
Sucedido el terremoto y emitida una alerta de un posible tsunami en la costa pacífica de Sudamérica, equinoXio llamó la atención de sus lectores, recibiendo comentarios diversos, uno de los cuales, escrito por Wilson, llama particularmente la atención:
“Todas estas tragedias que suceden tienen una sola raíz… se llama pecado… es hora de volvernos al Dios Todo Poderoso, a Jesucristo nuestro único Salvador y al Espíritu Santo nuestro ayudador… nuestra única esperanza es JESÚS, ESCUDRIÑEN LA BIBLIA Y ENTENDERAN MUCHO MAS DE LO QUE PUEDAN IMAGINAR ACERCA DE TODOS ESTOS ACONTECIMIENTOS… la decisión es tuya, si quieres acercarte a El, no solo para entender estas situaciones, sino para que El te de lo que nadie te puede dar”
No es un pensamiento aislado. Nos encontramos en una era especialmente sensible para nuestra especie. Como otras en el pasado, nos hemos vuelto particularmente catastróficos. De todas las formas posibles anunciamos el fin de nuestra civilización. Unos citan los textos bíblicos, otros, calendarios antiguos, sin faltar, por supuesto, los científicos que, con cifras en la mano, nos dan pocas esperanzas.